LA GUERRA ES, DESGRACIADAMENTE, DONDE EL SER HUMANO HA DESARROLLADO MÁS SU INGENIO...
lunes, 7 de mayo de 2012
MIRAGE f-1
MIRAGE III
El Mirage III es un avión de combate supersónico de segunda generación, diseñado y producido en Francia por la compañía Dassault Aviation. Durante años fue la espina dorsal del sistema de defensa francés, simple, confiable y de alto desempeño.
Ampliamente utilizados en combate, los Mirage III fueron decisivos en la campaña aérea de la Guerra de los Seis Días, en 1967, cuando pilotados por oficiales de la Fuerza Aérea Israelí, obtuvieran victorias aire-aire y la destrucción de la aviación árabe en tierra.
En diciembre de 1971, Pakistán con sus Mirage III obtuvo ocho victorias en el aire y dos en tierra contra la Fuerza Aérea India. En 1982, los Mirage III fueron usados por la Fuerza Aérea Argentina en la Guerra de Malvinas.
F 18
El F/A-18 Hornet (‘avispón’ en inglés) es un caza polivalente bimotor de cuarta generación de origen estadounidense con capacidad todo tiempo, para ser embarcado en portaaviones. Fue desarrollado en los años 1970 por la compañía McDonnell Douglas (desde 1997 integrada en Boeing) a partir del prototipo Northrop YF-17 para la Armada de los Estados Unidos (USN o U.S. Navy) y el Cuerpo de Marines estadounidense (USMC). El Hornet también ha sido exportado a siete países para servir en sus fuerzas aéreas. Desde 1986 es usado para acrobacia aérea por el grupo de demostración aérea Blue Angels de la U.S. Navy.
Este avión de combate fue el primero de Estados Unidos en combinar capacidades de caza y ataque para atacar objetivos tanto aéreos como terrestres; de ahí su designación F/A, "F" de Fighter y "A" de Attack (en español: «caza» y «ataque»). Las principales misiones que puede desempeñar son: caza de escolta, defensa aérea, supresión de defensas aéreas enemigas, interdicción, apoyo aéreo cercano y reconocimiento. Por su versatilidad y fiabilidad ha demostrado ser un valioso aparato, aun cuando había sido criticado por su falta de alcance y de capacidad para armamento comparándolo con sus predecesores más recientes, como el F-14 Tomcat en el papel de caza y cazabombardero, y los A-6 Intruder y A-7 Corsair II en el papel de ataque.[3]
MIG 25
El Mikoyan-Gurevich MiG-25 (en ruso: МиГ-25, designación OTAN: Foxbat[1] ) es un avión de reconocimiento e interceptor de alta velocidad diseñado y producido en la Unión Soviética por la oficina de diseño (OKB) Mikoyan-Guverich. Voló por primera vez en 1964 y entró en servicio en 1970. Con una velocidad máxima estimada en Mach 3, un poderoso radar y cuatro misiles aire-aire el Foxbat causó conmoción entre los analistas militares y observadores occidentales y provocó el desarrollo del F-15 Eagle.
Las verdaderas capacidades del avión fueron descubiertas en 1976 cuando el piloto soviético Víktor Belenko desertó con su MiG-25 al Japón. El análisis del avión reveló un relativamente primitivo (en términos occidentales) pero eficiente radar de válvulas de vacío, dos gigantescos motores turbojet devoradores de combustible y un uso localizado del titanio en las zonas críticas del fuselaje. Estas características permitieron la producción en masa de este avión, saliendo 1.190 de las líneas de producción (comparados con los escasos 32 del más avanzado y complejo Lockheed SR-71 estadounidense). El MiG-25 fue utilizado extensivamente por la Fuerza Aérea Soviética, la PVO (Defensa Antiaérea Soviética), y por un selecto número de países aliados a Moscú.
La variante de reconocimiento del MiG-25 ha sido utilizada extensivamente por varias fuerzas aéreas del mundo con gran éxito. Entre éstas las más notorias han sido la fuerzas áreas soviética (VVS)/rusa y la india. En este respecto, el MiG-25RB es comparable al SR-71 que solía utilizar la USAF.
Durante varios años los MiG-25 árabes volaron impunemente sobre los cielos israelíes, alcanzando a veces velocidades de hasta Mach 3. No fue hasta la llegada del F-15 Eagle a Israel cuando se logró mantener fuera de sus cielos al MiG-25.
RECORTES EN LA ARMADA
La austeridad presupuestaria parece haber herido en combate al ministerio de Defensa. Los recortes del departamento ya se han hecho notar en la utilización del combustible en las horas de vuelo y hasta en el rancho de los militares. Ahora le toca el turno al portaaviones Prícincipe de Asturias, el único que posee el ejército desde 1988 y a seis de las fragatas de la clase Santa María.El futuro de estos buques en “actividad restringida” no se ha hecho público aunque los expertos coinciden en que éste es un paso para su completa defunción. Un panorama donde la dotación presupuestaria no tiene visos de mejora, un mantenimiento y un deterioro del barco excesivo avalan esta teoría. Y es que mantener a flote al Príncipe de Asturias cuesta unos 30 millones al año, y el presupuesto total de la Armada es de 903 millones.
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